"Sean capaces siempre de sentir, en lo más hondo, cualquier injusticia realizada contra cualquiera, en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda del revolucionario." Ernesto Che Guevara

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Copenhague: si el clima fuese un banco

Decía Hugo Chávez el pasado 16 de diciembre, que si el clima fuese un banco ya lo habrían salvado. El discurso del líder bolivariano en Copenhague fue de los de guardar en vídeo y ponerlo en los institutos para que sepan cual es la situación del mundo en la actualidad. Se puede decir más alto, pero nunca más claro.

La imagen de Chávez en Europa y sobre todo en el Estado español, siempre va seguida de un comentario sarcástico o precedida de la palabra “dictador”. El verdadero Hugo Chávez, el que se vio en Copenhague, se intenta ocultar. El discurso dado el pasado miércoles en boca de cualquier otro líder mundial, hubiese sido portada de todos y cada uno de los telediarios nacionales, pero en boca del líder venezolano fue silenciado y ocultado.

Acusaba el presidente bolivariano, a los ricos de estar destruyendo el planeta, y se preguntaba si tendrían planes de irse a otro planeta. Esa misma pregunta nos la podríamos hacer nosotros en Canarias. Los políticos canarios, están destruyendo nuestras islas a base de cemento y asfalto, la diferencia es que, mientras Chávez se preguntaba si los ricos se irían a otro planeta, nosotros sabemos que nuestros constructores y políticos inversionistas sí que se irán a otros países como Cabo Verde, Senegal o Guinea Ecuatorial.

Por contra, frente al Cambio Climático la estrategia del Gobierno de Canarias es suplicar que a las Islas se les exima del cumplimiento de las normativas sobre emisiones de GEI, ya que estamos tan aislados del resto de países desarrollados que podemos caer en la evidencia de nuestra insularidad. Así tendríamos que diversificar nuestra economía e impulsar al sector primario, cosa harto imposible si depende de unos intereses tan grandes, y de una voluntad tan limitada.

CC disfraza su desinterés por los males del clima creando una Agencia específica en la que primero colocó a Faustino García Márquez, para ganar credibilidad. Cuando don Faustino dimitió herido por la puñalada que supuso la aprobación de la Ley de Medidas Urgentes, colocaron a su frente a Jorge Bonnet, un sumiso discípulo que ha aprendido de Domingo Berriel a ser el responsable de un área, y el defensor de toda iniciativa que atente contra los contenidos de su marco de responsabilidad.

Pedía el otro día en páginas de La Opinión el líder de la oposición a Teodoro Obiang, Francisco Ela Abeme , que los empresarios Canarios que se asentasen en Guinea Ecuatorial realizasen obras sociales, contratasen a trabajadores capacitados, que exijan buenas vías de comunicación, hospitales, colegios y unas condiciones de vida dignas para los empleados… La verdad, no sé si es que Abeme es iluso o simplemente no tiene ni idea de cómo se las gastan los empresarios canarios, habría que explicarle que en Canarias tenemos la mayor precariedad laboral, la mayor tasa de paro y los sueldos más bajos del Estado español, para que comprendiera el futuro que le espera a su país en manos de esta gente.

Ya lo decía la pancarta que portaba antes de ser detenido Juan López de Uralde, presidente de Greenpeace en España, “los políticos hablan, los líderes actúan”.

viernes, 18 de diciembre de 2009

La vida de un funcionario

El 26 de julio de 1947, el caudillo propuso por gracia de dios que Juan Carlos Alfonso Víctor María de Borbón y Borbón-Dos Sicilias, fuese su heredero. El 20 de noviembre de 1975, tras la muerte del dictador, Juan Carlos juró acatar los Principios del Movimiento Nacional. Y en esas estamos en el año 2009.

El testigo franquista que ha recogido el Rey, ha llevado consigo la continuidad de los principales símbolos fascistas que recogió como herencia, como es el caso de una bandera rojigualda (el rojo por la sangre derramada en las colonias españolas, y el amarillo por el oro expoliado en ellas). Por otra parte, el Rey mantuvo la costumbre de visibilizar los ritos de la fe católica en su vida, como mandan los cánones del nacionalcatolicismo, ejemplo a seguir por una familia de bien.

La función del Rey en el Estado español es prácticamente simbólica. Entre ellas, está la representación del Estado y otras que están en mayor o menor medida enunciadas en la Constitución, como sancionar y promulgar leyes, convocar y disolver las Cortes Generales y convocar elecciones o proponer al Congreso de los Diputados el candidato a la Presidencia del Gobierno. Por esto, recibe la nada desdeñable cifra de 7,5 millones de euros anuales, con los que ha acumulado la cuantiosa fortuna de 1.709 millones de euros.

Sin embargo, muchas veces escuchamos el argumento de que el Rey es el adalid de la defensa de la democracia, el que consiguió reinstaurar la paz después del “fallido” golpe de Estado de 1981, el que unificó a las diferentes e irreconciliables facciones de una España en la que, dicho sea de paso, el pueblo llano comenzaba a adquirir de nuevo conciencia de clase, empezaba a exigir libertad, mientras que la oligarquía civil y religiosa, que vivía cómodamente tras cuatro décadas de prebendas, había perdido la costumbre de tener que aplacar a quienes legítimamente, defendían sus derechos.


Luís aprobó las oposiciones en el año 97. Es abogado, y ahora trabaja como funcionario en una Consejería de uno de los Cabildos de Canarias. Su trabajo consiste en velar por el cumplimiento de la legalidad en los trámites político-administrativos, estudiando propuestas, haciendo informes jurídicos, y contestando en los trámites de información pública o en cuestiones de interés particular. Luís es responsable y buen trabajador.

Sin embargo, hace varios años sufre problemas de depresión nerviosa que le hacen recurrir a bajas periódicas que le avala el Servicio Canario de Salud, previo análisis y diagnóstico médico. A él no le gusta especialmente faltar a su trabajo. Lo hace porque no le queda más remedio.

Esto le ocurre a Luís desde el día en que informó negativamente sobre un proyecto de prioridad política claramente ilegal. Se movían muchos millones. Los intereses de varios “varones” del partido de turno eran manifiestos, y ya se había producido un llamamiento al orden por parte de las voces cantantes que mandan realmente en Canarias, y que son las que pagan las campañas electorales, los extras de los sueldos de muchos cargos públicos, los que tienen muchos favores pendientes de cobrar en su haber.

Sofía es funcionaria desde el año 2000. Es doctora en biología. Aprobó brillantemente sus oposiciones, y ahora ejerce en una Consejería del Gobierno de Canarias.

Sofía fue siempre una chica optimista, pero el futuro que vislumbra es bastante negro. Cumple su jornada laboral, pero su entusiasmo es cada vez menor.

Aunque es discreta, muchas veces no puede ocultar su desilusión cuando ve el sentido real de su trabajo. Los planes y las normas aprobadas por el pleno del Gobierno de Canarias no se consiguen llevar a cabo, aunque intenten resolver problemas de gran calibre, como el cambio climático, la contaminación atmosférica o la pérdida de biodiversidad. Los encargados de organizar la agenda de su Área no están por la labor de cumplir los compromisos tal y como se han acordado, y además no se puede repartir la miseria presupuestaria con la que cuentan entre tanto proyecto. Por otra parte, las políticas reales que desarrolla el Gobierno contradicen completamente lo que aprueba el Área en la que ella trabaja. Sin embargo, se siguen aprobando planes y reglamentos, que adornan muy bien el marco jurídico canario, pero que siguen vacíos de contenido práctico. Es imposible que salgan bien. Son muy pocas personas, y los presupuestos siempre van a las mismas áreas.

María José estudió trabajo social por pura vocación. Ella quería ayudar a los más desfavorecidos, y sabía que en su ciudad hay un porcentaje muy grande de personas que lo pasan realmente mal. Por eso se presentó a unas oposiciones para ejercer como funcionaria en su Ayuntamiento.

Ella, que siempre había sido una chica amable, es hoy una persona arisca. Y ese estado de ánimo negativo se le ha ido desarrollando a medida que ha ido teniendo que explicarle a la gente que tienen que rellenar incontables documentos burocráticos para solicitar una ayuda que se sabe que no cuenta con demasiado presupuesto para poderla aprobar. María José ve como el concejal de Servicios Sociales, Mujer, Medio Ambiente, y un montón de temas “menores” que se suelen meter en el mismo saco, aprueba una serie de medidas preelectorales muy populistas, que mantienen a la gente concentrada en su entretenimiento momentáneo, y desconcentradas de su miseria diaria.

Marta es ordenanza en una consejería del Gobierno de Canarias, accedió a ese puesto después de unas duras oposiciones a las que se presentaron 2.500 personas para 10 puestos, hace dos años.

Ahora tiene un problema, hace unas semanas le diagnosticaron un cáncer de mama, la tienen que operar y luego le tendrán que dar quimioterapia, no sabe cuanto tiempo estará de baja. Marta, ve con preocupación como el vicepresidente del gobierno canario, ha anunciado que a partir del tercer mes se le reducirá el sueldo para evitar que su baja le sirva para pasear por la playa.

Un día, Luís, Sofía, María José y Marta decidieron salir a la calle con muchas otras miles de personas, funcionarias como ellos, y protestar. Quieren elevar el grito de queja que diariamente reciben de la cansada y desesperada ciudadanía, a quienes son los verdaderamente responsables de esta situación: los y las responsables de la gestión pública canaria.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Por la gracia de Dios


Sin embargo, la verdadera labor que ha desempeñado el Rey, además de la de representar a España en costosos viajes diplomáticos, legitimar con su firma las Leyes que emanen del Parlamento, y cumplimentar algunos trámites administrativos, es la de acompañar a terceros países a empresarios españoles en sus planes expansionistas, sin importar verdaderamente si en esos países la tan aireada democracia está consolidada, o si por el contrario las empresas españolas se están instalando en lugares en los que no existe democracia, ni se respetan los Derechos Humanos. Sólo importa que existan recursos que explotar.

En la dilatada carrera como acompañante, el rey cuenta con visitas a países con dudosas prácticas democráticas como Líbia, Guinea Ecuatorial, China, o el vecino Marruecos. Ha sido fácil verle con dictadores como Teodoro Obiang, Mohamed Gadafi y muchos otros, para defender los intereses de empresas españolas en sus países. Todo a cambio de petróleo, otras materias primas, mercados sin explotar, y todo cuanto al gran empresariado español le pueda interesar.

Pero, si tenemos que hablar de alguna relación especial, habría que pararse en Marruecos y especialmente la casa real alauí. Las empresas españolas como son el caso de El Corte Inglés, Zara o Cortefiel, entre otras 900, han emigrado al país africano en busca de mano de obra barata y precaria. En la actualidad España es el tercer país inversor en Marruecos, por detrás de Francia y Portugal. A este asentamiento progresivo, han contribuido las relaciones entre ambas casas reales.

Por otra parte, la contribución a la defensa de los Derechos Humanos por parte de los países visitados por el monarca español, ha sido escasa por no decir nula. El principal interés inversionista ha hecho que el tema de derechos humanos en estos países se haya tapado con un tupido velo que no interesa quitar. Claro ejemplo de la falta de apoyo a estos derechos es la que nos ocupa estos días. A pesar de las buenas relaciones existentes entre Mohammed VI y Juan Carlos, este último no ha intercedido en ningún momento para resolver el gravísimo problema de respeto a los derechos humanos en la huelga de hambre de Aminatou Haidar y el respeto a los derechos humanos en el Sáhara ocupado.

El Sáhara, fue entregado a Marruecos por el dictador golpista que cedió el cetro a don Juan Carlos, a pesar de que el proceso de descolonización mandatado por las Naciones Unidas supuso que todas las antiguas metrópolis simplemente abandonaran los países que habían sido sometidos, concediéndoles un derecho de autodeterminación que nunca debieron haber perdido.

Esta entrega, por tanto, supuso una traición que el Rey nunca ha intentado rectificar. Y eso a pesar de que las Naciones Unidas han reconocido que el Sáhara tiene derecho a decidir su futuro, y que el presidente de Argelia, Abdelaziz Buteflika, en un reciente acercamiento entre él y don Juan Carlos, solicitó expresamente que España interviniera en la justa causa saharaui.

El discurso oficial de quienes corren a justificar la no intervención de la monarquía en la causa que representa Aminatou Haidar, es que el Rey no puede intervenir en cuestiones de interés particular, sólo en causas de trascendencia general, obviando por supuesto que la lucha de Aminatou se expande mucho más allá de su problema personal, y abarca el de todas las personas que están siendo perseguidas, humilladas, vilipendiadas y torturadas por Marruecos, en defensa del derecho justo a la libertad de un pueblo que nunca debió perder su soberanía.

Y sin embargo, la contradicción se destapa cuando revisamos la trayectoria del monarca en defensa de los intereses particulares de una empresa española como es el caso de Repsol-YPF, una de las industrias más contaminantes y que ha causado más daño social y ambiental en América Latina. Una vez más, la defensa de la democracia y los Derechos Humanos brilla por su ausencia.

Este año, por primera vez me sentaré frente al televisor la noche de Noche Buena, para escuchar el discurso del Rey, esperando oír sus palabras a favor de la democracia y los derechos humanos. Mientras, en mi mente estará la imagen de Aminatou Haidar.

martes, 8 de diciembre de 2009

Crisis, una nueva oportunidad


Decía Karl Kraus, escritor austriaco del siglo XIX, que la ley básica del capitalismo es tú o yo, no tú y yo. Lo que actualmente llamamos crisis es sólo un sistema que tiene el capitalismo para refundarse y salir fortalecido, y en el que los principales perjudicados serán las clases trabajadoras y las menos favorecidas. A lo largo de la historia, el capitalismo ha conllevado crisis periódicas: podemos recordar la crisis de 1918, la del 29, la de los años 70… en todas ellas hubo una refundación y una pérdida gradual de derechos básicos o recortes sociales. Es decir, en el capitalismo, las crisis son inevitables.

Las políticas económicas de Canarias en las últimas décadas han ido orientadas hacia un sistema que, cada vez más, nos demuestra no ser la solución sino el principal problema que venimos arrastrando durante tantos años. Las políticas llevadas a cabo en todo este tiempo han ido encaminadas hacia la especulación urbanística y el dinero fácil, el “todo vale para hacerse rico” ha sido un filón en años de vacas gordas. Pero cuando llega el momento de las vacas flacas, los principales perjudicados han sido los de siempre, las capas menos favorecidas de la sociedad. El auge de la construcción en los últimos treinta años hizo que muchos jóvenes dejasen sus estudios en busca de dinero rápido; lo cual causó que una vez muerta la gallina de los huevos de oro estos jóvenes hayan pasado a engrosar las listas del paro que a día de hoy son las más altas del Estado español.

El Gobierno de Canarias ha demostrado no saber cómo afrontar esta situación de crisis. Su única idea ha sido intentar perpetuar el sistema actual, ideando grandes infraestructuras innecesarias que sólo sirven para que el dinero vaya a parar a manos de unos cuantos empresarios. No hacen más que retrasar la toma de decisiones y el cambio de modelo, ya que las “soluciones” propuestas no son más que un paréntesis en los problemas que volveremos a soportar una vez que aquéllas se hayan terminado. Y eso teniendo en cuenta que para realizar tales infraestructuras la mano de obra necesaria es más bien escasa, al emplearse maquinaria pesada que apenas necesita operarios. Por otra parte, cabe preguntarse: ¿cuántas infraestructuras puede soportar este Archipiélago?

Los horarios de más de 12 horas y la economía sumergida son cada vez más el pan de cada día de nuestras islas. La mal llamada crisis ha servido para que bajo amenazas de despidos o ERES encubiertos, los trabajadores canarios hagan más horas a la vez que cobran los salarios más bajos.

Actualmente sólo somos líderes dentro del Estado español en tasa de paro, en precios de la cesta de la compra, en precariedad laboral y en tener los sueldos más precarios. Los casos cada vez más frecuentes de corrupción que salpican a los políticos de todas las islas y las indemnizaciones millonarias a empresarios, hacen que sea más necesaria que nunca una respuesta ciudadana a este modelo caduco y depredador que no ha hecho más que fomentar las desigualdades entre los canarios.

Esta “crisis” debe ser aprovechada para cambiar el sistema productivo canario, los agentes políticos alternativos, sindicales y el resto de la sociedad canaria comprometida, tienen que empezar a movilizarse y a exigir un cambio que cada vez se hace más urgente. La alternativa es un sistema basado en la justicia social, que priorice una sociedad dedicada al bienestar de su población y no al beneficio del capital. Donde la ciudadanía sea la principal partícipe de las decisiones, tanto políticas como económicas, que afecten a su pueblo, a su isla o al resto de Canarias. Un sistema donde las principales prioridades sean la sanidad, la educación y los servicios sociales de todos y cada uno de los ciudadanos que viven en Canarias. Donde el desarrollo vaya de la mano del respeto al medio ambiente y a la biodiversidad existente en nuestras islas.


La ciudadanía canaria no debe conformarse con esperar de brazos cruzados. Cambiar esta situación está en nuestras manos. Juntos sabemos que sí se puede.

domingo, 8 de noviembre de 2009

¿Otro Tenerife es posible?


Cuando viajas hacia el sur por la autopista, pasando por Radazul, encuentras un gran cartel en el que se puede ver una mujer en avanzado estado de gestación y junto a ella una frase que reza Otro Tenerife es posible que, por casualidad, se parece mucho al lema Otra isla es posible, utilizado en la campaña electoral de 2007 por Alternativa Sí se puede por Tenerife. Cuando sigues mirando te das cuenta de que corresponde a una reciente campaña del PSOE y la anterior coincidencia quedaría reducida a una anécdota aislada si no fuera porque en aquella contienda electoral el PSOE también plagió, en una propaganda, el logo de las siluetas de Sí se puede, una seña de identidad del partido ecologista.


Volviendo al cartel que nos ocupa, creo que el mensaje pretende que reflexionemos sobre el futuro que le ofrecen los socialistas tinerfeños a esa criatura que está a punto de nacer. En este sentido, desde que tengo uso de razón política, recuerdo, una vez tras otra, como el PSOE en Tenerife no ha hecho más que alinearse con disparates en forma de macroproyectos, junto a CC y PP, incluso abanderándolos. Proyectos inviables y depredadores de territorio, como el Puerto de Granadilla, el anillo insular, la segunda pista del Aeropuerto del Sur, los trenes de alta velocidad, y un largo etcétera, que no hacen sino perpetuar un modelo de desarrollo basado en la especulación y el pelotazo.

Estos proyectos no sólo han contado con el apoyo explícito del partido socialista en Tenerife, sino de un gobierno central, que piensa que a la ciudadanía canaria se le tapa la boca a base de carreteras y trenes. Después de años jugando al doble juego de aquí apoyo, pero allá aparento que estoy en contra, que hizo que en las elecciones de 2007 este partido aumentase en votos, hoy nadie cree a los socialistas tinerfeños y esto les pasará factura en las próximas elecciones de 2011.

Otra singularidad de ese cartel es su ubicación justo en frente de un espacio donde el TSJC invalidó un plan parcial, que había adjudicado por silencio administrativo positivo a un conocido empresario del Valle de Güímar, Macario Benítez, uno de los más antiguos alcaldes socialistas de la Isla. Resulta curioso ver cómo, esos que hablan ahora de cambio, son los mismos que llevan en la dirección del partido desde hace 20 años y que no han sabido, o no han querido parar un disparate ambiental tras otro.

Es verdad que otro Tenerife es posible, pero para eso hacen falta nuevas ideas y nuevas formas de hacer política y la imaginación y las ganas de cambio del PSOE en esta Isla parece que murieron en un frío otoño de 1956 en París, junto con el canario don Juan Negrín, el último Presidente del Gobierno de la República.