"Sean capaces siempre de sentir, en lo más hondo, cualquier injusticia realizada contra cualquiera, en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda del revolucionario." Ernesto Che Guevara

domingo, 13 de junio de 2010

La reforma laboral


Una vez fracasado el diálogo social entre patronal y sindicatos, parece que al final será el PSOE el que se haga cargo de darle el gusto a la patronal y hacer una reforma laboral por decreto. El diálogo social estaba condenado al fracaso. Eso se veía desde el momento en que los empresarios, pidieron lo que ellos llamaban el Contrato del Siglo XXI, en el que se plantea la contratación de jóvenes durante dos años que se pueden despedir con una indemnización de 8 días y sin derecho a paro para el trabajador, ya que la empresa no cotizaría por él. Con una propuesta como esta de partida, es muy difícil llegar a algún acuerdo.

El PSOE con Zapatero a la cabeza, hace ya semanas que se plegó a los intereses de los especuladores y de los bancos. Adelantando al PP por la derecha, un PP con un doble discurso populista y lleno de contradicciones, que sonroja a cualquiera que se pare a escucharlo con un poco de objetividad.

Los sindicatos aparecieron en la época de la Revolución Industrial allá por el siglo XIX después del surgimiento de las teorías socialistas, y de las luchas por la mejora de las condiciones laborales. Fueron años de sacrificios, incluyendo las vidas que se perdieron por el camino para conseguir lo que en Europa se definió como el Estado del Bienestar y todo el conjunto de derechos laborales que desde entonces disfrutamos. Fue a partir de los años 80 del pasado siglo, cuando los gobiernos neoliberales de Ronald Reagan en Estados Unidos y Margaret Thatcher en el Reino Unido comenzaron a aplicar políticas que restringían derechos a los trabajadores y que concedían mayor libertad a la empresa, cuando estas conquistas sociales empezaron a retroceder. En el Estado Español, fue Felipe González líder de la social democracia, quien incidió los primeros recortes y políticas neoliberales que propiciaron que los trabajadores hayan sido una y otra vez los más perjudicados a la hora de enfrentar las crisis económicas.

Mientras, las continuas e interesadas campañas de desprestigio hacia los sindicatos han conseguido que hoy los índices de afiliación sean los más bajos en décadas. A ello han contribuido no poco algunos mal llamados sindicalistas, acomodados en sus puestos, sobre todo en los llamados sindicatos mayoritarios. Esto hace que a la hora de una negociación colectiva, el movimiento sindical no tenga la fuerza de antaño y sus convocatorias de huelga apenas calen en la clase trabajadora, que ve impasible como día a día se van reduciendo sus derechos.

Las campañas de los medios de comunicación de orientación neoliberal, que abundan en el Estado Español, con sus campañas mediáticas, han hecho creer que para salir de la crisis es necesaria una reforma laboral, donde el despido sea más barato o aumenten las causas de despido procedente sean más. Sin embargo, está comprobado que no es real. El propio Juan Jiménez Aguilar, ex número 2 de la CEOE, reconocía a principios de este mes que “las reformas laborales no crean empleo”. Diferentes estudios han demostrado que para salir de la crisis se necesitan estímulos económicos, es decir, nuevos gastos e inversiones públicas que estimulen la reactivación de la economía. El Estado Español, gastó un 14 por ciento de su PIB para salvar a los bancos mientras que en estimular la economía sólo gastó un 1,2 por ciento, los diferentes países europeos hicieron lo mismo, al contrario que Estados Unidos que gastó un 5 por 100 en salvar la banca y dedicó un 6 por 100 a estímulos económicos. Es muy importante que sea el sector público el que cree empleo a base de incrementar su gasto público en áreas que lo favorezcan de manera intensiva.

Los trabajadores no podemos quedarnos de brazos cruzados viendo como se recortan nuestros derechos, mientras los gobiernos europeos, no han tomado ninguna medida contra los que provocaron la mayor crisis desde la gran depresión del 29. De lo contrario, las crisis siempre las pagaremos los mismos.

2 comentarios:

  1. Es posible que los sindicatos mayoritarios, en lugar de contribuir a la solución, sean como el PSOE parte del problema. A lo mejor habría que empezar por cambiar al sindicalismo.

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  2. Hoy volví a escuchar al PP autodenominándose con total desfachatez, "el partido de los trabajadores", con el argumento de que cuando ellos gobernaban, crearon un montón de empleo.

    Existe una amplísima bibliografía muy anterior a la crisis financiera que derivó en la crisis económica actual, que ya adelantaba cuál iba a ser el resultado de apostar el todo por el todo en un solo sector económico, la construcción, que además es absolutamente depredador del territorio y los recursos naturales, y además dejar la economía mundial en manos del monstruoso juego financiero, totalmente incontrolable por parte de ningún Estado y de ninguna organización internacional.

    Me resulta difícil creer que sólo a unas pocas personas nos llegó masivamente toda esa literatura muy anterior a la crisis. Más bien creo que el PP y el PSOE (y CC aquí), desoyeron las advertencias y, de un modo completamente irresponsable y egoísta, nos avocaron a esta situación.

    El PP (y el PSOE también, no vayamos a pensar otra cosa), favorecieron que la burbuja inmobiliaria existiera, y que por consiguiente al estallar se llevara por delante la economía de miles de personas, y ésta, y sólo ésta, es la causa de la crisis. Crearon un Estado sin demasiadas alternativas económicas, y con un número enorme de personas sin preparación técnica ni académica para otra cosa.

    Cualquier medida de recorte de derechos laborales no sólo no ayudará, sino que además, dejará a los/as trabajadores/as en una situación de indefensión de aquí en adelante, que en el caso de que surgiera alguna nueva iniciativa económica, los dejará desprotegidos ante los abusos de la patronal.

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